No hay nada como la investigación para avanzar en el conocimiento del pasado del ser humano, el objetivo principal de la arqueología como ciencia, y como el Museo de Zaragoza es un museo arqueológico los trabajos de campo realizados en la provincia redundan en nuestra colección. Este es el caso de la excavación llevada a cabo hace unos años en el paraje conocido como el Campillo, en la localidad de Monreal de Ariza, con motivo de los trabajos de mejora de la autovía Zaragoza-Madrid.
Allí se documentó un pequeño poblado de la Edad del Bronce con una cabaña hecha con postes de madera y varios silos excavados en el suelo. Entre ellos, había uno un par de siglos más antiguo conteniendo cerámicas campaniformes, entre ellas un vasito casi íntegro, delicadamente decorado con incisiones que constituye el primero de estas características de que dispone el Museo de Zaragoza
Esta se semana el vaso se ha expuesto en la vitrina dedicada al Calcolítico (3000-2000 a.C.) junto con el vaso campaniforme internacional de Mallén y el fragmento de cazuela de Orera, además de otros objetos de cobre y de sílex.
La exhibición de este vasito es, sin duda, una gran aportación para la compresión de ese fenómeno paneuropeo que es la vajilla campaniforme, una cuestión que ha generado y genera ríos de tinta entre los prehistoriadores. Además, en las recientes interpretaciones se vincula este tipo de cerámica decorada con la esfera de lo ritual y más concretamente con la ingestión de cerveza y de otras bebidas alcohólicas. Es sugerente pensar que el pozo en el que se halló, acompañado de otros fragmentos de vasijas campaniformes, contuviera los restos de alguna fiesta ritual que se celebró allí hace más de cuatro mil años.
Cuando vengáis de nuevo al Museo de Zaragoza no olvidéis pasar por la sala de Antigüedad y deleitaros con esta joya de la artesanía prehistórica. Toda una lección de historia.
MdZ