Entre tanta obra de arte, objeto etnográfico y pieza arqueológica, nuestro museo conserva muchas curiosidades que nos dan una idea de la variedad y riqueza de sus fondos, que hace que esta institución sea, además de un museo al uso, un gran repositorio de nuestra memoria colectiva y una caja de sorpresas.
En esta línea traemos hoy a esta sección de “Novedades” una estampa que presenta la particularidad de tener el dorso manchado por la huella de una partitura musical manuscrita. Se trata de una obra grabada en París por M. Horthemets a partir de una pintura de A.S. Belte que representa el busto de Jacobo III de Inglaterra (1688-1766), como el rey que no fue en la realidad, pues debido a su fe católica se vio apartado del trono y fue llamado el “Viejo Pretendiente”, pues fue tan sólo reconocido como monarca de ingleses y escoceses por Francia, España y los Estados Pontificios. Se puede datar la pieza en el último tercio del siglo XVIII y pertenece al fondo antiguo del Museo de Zaragoza.
La obra tiene unas dimensiones actuales de 39,5 x 26 cm, pues en algún momento fue recortada ajustándola lo máximo a la superficie tintada. En ella vemos el busto de frente de Jacobo Francisco Eduardo Estuardo enmarcado en un óvalo arquitectónico. Nos presenta una imagen de un monarca joven y amable revestido con ropajes dignos de su rango y tocado de la peluca bipartita, larga y rizada típica de la primera mitad del siglo XVIII y con el collar de la Orden de san Jorge sobre los hombros. En el margen inferior tiene escrita con caligrafía cursiva la leyenda: Jacques IIIem. Roi D´Anglaterre.
Pero el verdadero interés de esta estampa reside en su reverso donde quedó impresa una partitura manuscrita. Se trata de una parte de la orquestación de una composición más compleja, en concreto es la particella para un violín. La obra a la que pertenece no ha sido identificada, por ahora, debido a lo exiguo de las anotaciones, pero se puede afirmar que fue compuesta en el siglo XVIII, acorde con la cronología de grabado.
Una particularidad que presenta este texto musical es que se encuentra “espejado”, es decir girado en posición contraria a la visión natural, lo que nos da una idea de cómo pasó a quedar impreso en el envés de la estampa. Seguramente se empleó el papel desechado del particella como amortiguador entre el papel a grabar y la parte inferior de la prensa del grabador y, de esta forma, al presionar con el tórculo se traspasó la tinta de un soporte al otro.
Una muestra más de la trascendencia del Museo de Zaragoza y de cómo el cuidado meticuloso de su colección nos proporciona sorpresas tan interesantes y originales como esta que os hemos presentado.