Recientemente ha llegado a la biblioteca del Museo una separata electrónica amablemente remitida por su autora que contiene un interesante trabajo sobre las representaciones liras prehistóricas en estelas de la Península Ibérica, entre las que se incluye el ejemplar grabado en la estela de Luna que se exhibe en nuestro Museo.
La autora del trabajo es Raquel Jiménez Pasalodos, profesora de la Universidad de Valladolid, especialista en arqueología de la música. Se titula: “The lyres of the Far West. Cordophones in the Bronze Age warriors stelae of the Southwest Iberian Peninsula”. Es una contribución presentada en el Séptimo Simposio del International Study Group on Music Archaeology, celebrado en Tianjin, (China) en 2010. Ha sido publicado por el Instituto Arqueológico Alemán en Oriente, dentro de la prestigiosa serie Studien zur Musikarchäologie VIII; Orient Archäologie 27.
La estela de Luna es una de las piezas más interesantes que conserva y exhibe nuestro Museo. Se encontró casualmente en los años setenta en la partida de La Tiñica del Royo, en el término municipal de esa localidad zaragozana.
Se trata de una losa de roca arenisca local de 130x46x13 cm que muestra una silueta antropomorfa a la que le falta la cabeza a la altura de los hombros. Está decorada con dos grabados en una de sus caras con los que se representan, arriba un escudo con escotadura en V y debajo una lira de base redondeada, ejecutada con sumo detalle. Ambos objetos tienen su origen en el mediterráneo oriental y se consideran símbolos de un estatus social elevado. Se fecha a finales de la Edad del Bronce, hacia el siglo VIII a. C. Su singularidad radica en que se trata de una pieza estrechamente emparentada con las estelas que aparecen en el suroeste de la Península Ibérica (en especial en Extremadura donde se relacionan con Tartesos) y de las cuales se encuentra muy alejada geográficamente. Ha sido estudiada por varios autores quienes han visto en ella una manifestación de las influencias precoloniales griegas que intentan expandirse desde el sur de la Península Ibérica. La lira en cuestión fue identificada en un principio como una phorminx griega del periodo Geométrico Tardío.
La autora realiza un repaso sobre las características de las seis estelas con representaciones de cordófonos en la Península Ibérica. Después expone y discute las diferentes posiciones cronológicas que se han otorgado a estos objetos, a la vez que se debate sobre las diferentes opciones a cerca del origen de las liras de base redondeada, para pasar a hablar de su difusión en el mundo mediterráneo. Raquel Jiménez se inclina por la hipótesis de que no se trate de liras griegas propiamente dichas, sino de instrumentos cuyo origen debe de buscarse en el mundo semítico a partir de los siglos XII-XI a. C. y que pudieron ser traídos a occidente por navegantes procedentes de Chipre, Filistea y Cilicia, enrolados en expediciones promovidas por Tiro. Por último, la autora entra con lúcido espíritu crítico en el apartado del significado de estos instrumentos musicales que relaciona con la difusión (al menos en parte) de ritual del banquete fenicio más que con la transposición del ideario homérico griego. Un ritual que combinado con la tradición local, devino en nuevas manifestaciones sociales y espirituales compartidas con los colonizadores, de las cuales es testimonio la “Estela de Luna”.