La prestigiosa revista Archivo Español de Arqueología (CSIC) acaba de sacar a la luz su última entrega correspondiente al año 2023. En ella se incluye un extenso artículo cuyos autores son Borja Díaz Ariño, profesor titular de Historia Antigua y nuestro director, titulado Escritura en el ámbito rural de la Hispania tarraconense. Grafitos sobre cerámica de mesa de época altoimperial sobre cerámica de mesa procedentes del Campo de Borja (Zaragoza).
A través de sus páginas se dan a conocer 110 grafitos, la mayoría sobre sigillata hispánica y unos pocos en cerámica engobada, escritos tras la cocción del barro. Proceden de diversos yacimientos de esa comarca, destaca el conjunto de veinte ejemplares registrado en el Convento de Mallén (Pagus Belsinonensium) que se recuperaron en las exploraciones de los años 20 y en las dos campañas de los años 80 del siglo pasado. Del solar de la antigua ciudad de Bursao (Borja) se estudian 12 inscripciones. También se incluyen piezas procedentes de Magallón (Caravi) y Gallur (Pagus Gallorum). La casi totalidad de estos materiales están depositados en el Museo de Zaragoza.
En su mayor parte son marcas de propiedad, aunque también hay otros textos como advertencias de no tocar el recipiente, versos, numerales, monogramas o incluso casos de pseudoescritura. Las principales conclusiones son la temprana y amplia difusión de la alfabetización en el ámbito rural del valle medio del Ebro, tanto en medianas y pequeñas aglomeraciones urbanas o como en villas rústicas. Este fenómeno puede fecharse entre el tercio final del siglo I y las postrimerías del siglo II. A partir de ese momento da comienzo a una etapa de retroceso cultural y de avance del analfabetismo que resultará generalizado en la bajoimperio. Es muy significativa la presencia de nombres femeninos, lo que significa el acceso de la mujer a la escritura y a lectura.
Es frecuente la documentación de nombres griegos, escritos en esa grafía o bien transliterados al abecedario latino que suelen hacer referencia a esclavos o libertos. También hay un posible ejemplo de un nombre celtibérico en letra latina, que muestra la perduración de la antroponimia indígena a principios del siglo II.
En definitiva, una muestra más de la necesidad de que los museos fomenten la investigación en general y de sus fondos en particular. La participación del personal del museo en estas tareas es imprescindible para la propia institución, pues mantiene así su papel en el avance de las disciplinas que conserva y exhibe.
El artículo contiene dibujos arqueológicos de Mª Cruz Sopena y fotografías de José Garrido.