Mandarines de papel. Pinturas chinas de exportación en el Museo

Además de la Colección “Federico Torralba”, el Museo de Zaragoza guarda otras obras de factura asiático-oriental, como una serie de trece pinturas de origen chino que representan a una serie de tipos o personajes, masculinos y femeninos, ataviados con distintos atuendos e insignias oficiales que fueron donados al museo por un particular en 1920.

cuatro de las piezas

Los ejemplares que conserva el Museo de Zaragoza fueron probablemente realizados en el último tercio del siglo XIX, como parte de una serie mayor realizada en el contexto de la producción de objetos artísticos y curiosos para exportación. Estos productos fueron confeccionados por talleres establecidos en Cantón que generaron la mayor parte de las manufacturas y objetos artísticos exportados a Europa y Estados Unidos. La historiografía anglosajona y francesa, por extensión con otros productos concebidos en exclusiva para el mercado europeo como la porcelana (Export porcelain, Compagnie de Indes, etc) ha denominado “pintura china de exportación” a este tipo de producciones.

Arquero de la Corte imperial

Un singular ejemplo de estas producciones artísticas cantonesas fue una variante de pinturas sobre aguada que en el siglo XIX se popularizarían enormemente como producto de exportación con el erróneo nombre de pinturas sobre papel de arroz, ya que el papel no se hacía con planta de arroz si no con otras materias vegetales. Era el soporte idóneo para pintar a la aguada en distintos pliegos que se encuadernaban en formato de álbum y que compraban los viajeros como recuerdo de su impactante estancia en el vasto Imperio de la China.

Alto funcionario

Inicialmente, los asuntos más recurrentes de estas pinturas fueron las vistas portuarias de la propia costa china o la representación de la desconocida flora asiática. A estos géneros pronto se unieron representaciones de los usos y costumbres chinas, como sus festividades, sus castigos capitales o la vida en la corte de la familia imperial. Así, las pinturas que se conservan en el Museo de Zaragoza pertenecen a un subgénero dedicado a ilustrar las diferentes clases y grupos sociales o “estados” del Imperio Chino y, aunque encontramos arqueros y bellas

figuras femeninas, representan en su mayor parte a los oficiales y empleados bautizados por los portugueses como “mandarines”, y que formaban parte de la compleja y jerarquizada administración imperial.

Otra dama de la Corte imperial

Al igual que ocurría con otras manufacturas para consumo exterior, la “pintura sobre papel de arroz” estaba concebida en realidad como un souvenir para turistas. Su presencia es abundante en aquellos museos cuyas colecciones arrancaron en época decimonónica, y más aún si tenían una vocación antropológica y científica (British Museum de Londres, Victoria & Albert de Londres, Museo Oriental de los Padres Agustinos Filipinos de Valladolid, Museo Nacional de Antropología de Madrid, Real Sitio de Aranjuez). Pese a su aparente simplicidad y sus convenciones formales, son un interesante testimonio del temprano interés de los europeos por obtener un conocimiento gráfico del Asia Oriental, así como de la extraordinaria capacidad de los talleres cantoneses para adaptarse al gusto e intereses de la demanda occidental. El Museo de Zaragoza dispone también de estas interesantes obras, como una muestra más de su larga historia como institución cultural que le ha proporcionado una gran variedad en sus fondos.

Dama de la Corte imperial

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