Esta semana hemos realizado cambios en la galería del museo que, hasta este momento, mostraba únicamente obras de los siglos XIX y XX. Este cambio se inscribe en la renovación de salas que se ha ido realizando paulatinamente desde 2018, con la reapertura de la sala de barroco primero y de renacimiento el pasado mes de abril. La intervención actual de la galería lleva consigo la sustitución de una pequeña selección de obras (pintura y escultura) del siglo XX por obra gótica.
El nuevo montaje comienza con el «Sepulcro de doña Isabel de Castro», procedente del Monasterio de Rueda, al que seguirán dos piezas escultóricas: una piedad de alabastro de estilo flamenco y una de las piezas más llamativas de la exposición, el “Ángel custodio” de Pere Johan, que se ha ubicado en un espacio preferente al final de la gran escalera del museo destacando su monumentalidad.
Junto a estas obras, los visitantes van a poder disfrutar de tablas góticas de autores como Miguel Jiménez, Blasco de Grañén, Juan de la Abadía o Martín Bernat, entre otros. También destaca un cofrecillo amatorio de principios del siglo XV, o la sarga que representa al Ángel custodio, con una iconografía muy singular, y que procede del Monasterio de las Canonesas del Santo Sepulcro.
El discurso se completará con la reapertura de la sala de gótico, una vez terminen los trabajos de acondicionamiento. Llegado ese momento se podrá realizar un recorrido cronológico completo donde se podrán contemplar ejemplares abarcando todos los estilos del arte gótico presentes en el museo. Hasta ese momento, invitamos a nuestros visitantes a disfrutar de esta selección de piezas que confiamos sirva para abrir boca.
MdZ