Ayer, 22 de diciembre, se presentó en el Salón de Actos del museo el libro “HOKUSAI. Cien vistas del Monte Fuji”, una de las obras maestras del arte japonés, ahora accesible al público por la edición preparada por el profesor David Almazán de la Universidad de Zaragoza
Dio la bienvenida a los asistentes Isidro Aguilera en representación del Museo de Zaragoza e introdujo al autor Elena Barlés, también profesora de la Universidad de Zaragoza. El acto contó con el aliciente de estar acompañado de dos de los volúmenes de la obra original que se custodia en nuestro centro.
El gran artista japonés Katsushika Hokusai (1760-1849) destacó por su genial personalidad, su capacidad de trabajo y su dedicación a proyectos editoriales de gran envergadura. Además de su célebre Manga, también presente en los fondos del museo, entre sus obras más destacadas se encuentra este Cien vistas del monte Fuji, un fascinante repertorio de paisajes que tiene a este sagrado volcán como protagonista. Hokusai ya había triunfado con este tema en su serie de estampas en color Treinta y seis vistas del monte Fuji, pero su imaginación y capacidad de observación requerían un formato más extenso para exhibir todo su talento. Ya octogenario, Hokusai completó más de un centenar de composiciones en un ambicioso proyecto en tres volúmenes, que se reúnen comentados en este libro.
El profesor David Almazán ha preparado una cuidada edición con explicaciones sobre los personajes, mitos y paisajes que aparecen en la serie de Hokusai, así como una presentación sobre la genialidad de este irrepetible creador. Sin duda, Cien vistas del monte Fuji es una obra clave en la producción de Hokusai, el artista más conocido e influyente del arte japonés.
A la presentación de “HOKUSAI. Cien vistas del Monte Fuji”, asistieron más de un centenar de personas que disfrutaron de la amena charla del Dr. Almazán en la que estableció acertados paralelismos entre el “Universo” de Hokusai y la cultura española, acercando lo que la geografía ha separado con miles de kilómetros de distancia. Al finalizar la charla muchos de los asistentes pudieron pedir la firma del autor, aunque él insistió en que es Hokusai el que debía recibir los cumplidos y hacer firmas.
MdZ