De vuelta con el cuaderno. 42 sketchcrawl en el museo

La versión zaragozana de este movimiento mundial que lleva a dibujantes y acuarelistas de todo tipo a reunirse en sitios concretos para plasmarlos en sus blocks: “De vuelta con el cuaderno”, eligió la sección de Etnología del Museo de Zaragoza para la cita que se propusieron el pasado sábado, 25 de enero.

Concentrados en la falsa (por Clara Marta Moreno)

Justamente en esa ocasión la convocatoria tenía un eco europeo pues el 42 sketchcrawl se celebraba ese sábado a nivel mundial como un maratón de pintura que se extendió por países de muy diferentes áreas geográficas.

En otras ocasiones las citas zaragozanas tienen un carácter más local, pero siempre abiertas a cuantos quieran sumarse  a esta exitosa iniciativa.

Dentro del museo  (por Mikel Vergara)

La jornada del pasado 25 de enero comenzó en el museo del parque J.A. Labordeta y se prolongó después con una degustación de jamón y una comida colectiva. En todo momento los cuadernos guardaron registro de lo sucedido. La consulta del blog <devueltaconelcuaderno> es el testimonio fiel de lo dicho.

Para muchos de los  acuarelistas que acudieron a la Casa Ansotana era un agradable descubrimiento el museo, pues son muchos los motivos que lo hacen pasar desapercibido ante las gentes de Zaragoza, incluso entre personas con amplios conocimientos de instituciones museísticas, que se quejaban de la falta de publicidad que hay en torno al pequeño museo del parque. Y como en otras tantas situaciones similares, lo abandonaron  gratamente sorprendidos por las colecciones expuestas y por el planteamiento del mismo.

El telar (por Clara Marta Moreno)

Para el museo resultó bien interesante conocer de primera mano el trabajo de estos amantes del arte. Y comprobar la diversidad existente en el grupo, que era llevada a la práctica con unos resultados bien estimulantes. Abanico de edades que comprendía desde jóvenes casi estrenados  a personas jubiladas, hombres y mujeres casi igualados en número, disposición a la pintura diversa y también a las técnicas: plumilla, lápiz, pincel, pantallas… Y resultados siempre maravillosos, fruto de una afición vivida con auténtico placer y recompensada por la belleza de todas las realizaciones.

Ante el fogaril ( por Fernando Abadías)

Los tres pisos del museo captaron el interés del grupo y resultaba curiosa la forma de abordar los temas a pintar: pequeños detalles, escenas completas, una pieza especial, el grupo de compañeros… En definitiva la manifestación de sensibilidades diferentes pero con el punto en común del placer de crear y admirar, en este caso objetos y piezas de la vida cotidiana, junto a las emociones provocadas por su contemplación.

Prometieron volver en el futuro para conocer la Sección de Cerámica y seguro que será otro día de disfrute para el museo.

Concha Martínez

 

Menú