Entre las funciones esenciales de los museos se encuentran la comunicación, la difusión y la educación. En este sentido el Museo de Zaragoza fue pionero a nivel estatal gracias a la creación del Área de Educación y Difusión en la década de los 70.

Desde entonces, las actividades llevadas a cabo por el área han sido innumerables y variadas, ofreciendo una completa oferta didáctica dirigida tanto a la educación formal ─con actividades didácticas para infantil y primaria, así como asesoría para educación secundaria, bachillerato y ciclos formativos─ como a la educación no formal ─grupos de educación de personas adultas como los conformados por Centros de Convivencia de la Tercera Edad, la Universidad de la Experiencia o la Universidad Popular de Zaragoza, asociaciones, etc.

Además de esta oferta didáctica básica, el Museo de Zaragoza siempre intenta ir más allá en este acercamiento a la sociedad convirtiéndose en un verdadero centro inclusivo, integrador y de mejora social en el que tienen cabida todo tipo de personas con diversidades cognitivas, sensoriales y físicas, así como personas en cualquier otro tipo de riesgo de exclusión social.

Ayer nos visitó un grupo procedente del Centro Ocupacional y Residencial Santo Ángel de Atades, acompañados por sus monitores. Juntos recorrimos las salas de la exposición temporal de “Hiroshige y su época”, aprendiendo sobre el origen de la colección y la figura de Don Federico Torralba, sobre Japón y su cultura, su arte, sus costumbres, sus casas, su forma de vestir, su religión y su gastronomía. Para concluir la actividad, realizamos un pequeño taller de estampación de sellos en el que los participantes se convirtieron, por unos instantes, en artistas de ukiyo-e.

Esperamos que disfrutaran de la visita y que se quedaran con ganas de volver, tanto en grupo como en compañía de familiares y amigos.

MdZ.