Esta semana ha llegado al Museo de Zaragoza un documento que nos ha honrado de forma extraordinaria. Se trata de un bello diploma emitido por la Embajada de Japón, en español y japonés, en el que se agradece la participación del museo aragonés en la celebración del Año Dual España-Japón “contribuyendo así al entendimiento mutuo y a las relaciones de amistad entre los dos pueblos”. El Año Dual España Japón ha tenido lugar a caballo entre 2013 y 2014, en conmemoración del IV Centenario de la Embajada Keicho, que partió de la región de Sendai en octubre de 1613, y llegó a Sevilla un año después.
Esta misión diplomática ha sido la inspiración de una apretada agenda de actos de tipo cultural, científico y artístico, en la que han participado instituciones públicas y privadas de ambas naciones. Como no podría ser de otro modo, el Museo de Zaragoza ha acogido varias de estas iniciativas a lo largo de estos dos años.
Sin embargo, la querencia por la cultura y el arte japonés no son flor (de cerezo) de un día en el Museo, sino que arrancan de años atrás, cuando se hizo depositario de la Colección Torralba de Arte Oriental y de la Biblioteca Torralba de Arte Oriental en las que el arte japonés brilla con luz propia. Se trata de un aspecto de los fondos del museo que se ha intentando potenciar, por su carácter excepcional y único con respecto al resto de museos españoles, a través de una serie de exposiciones (como “La fascinación por el arte del país del Sol Naciente”), cursos, conferencias y una larga nómina de talleres que han sido posibles gracias a colaboradores como la Universidad de Zaragoza y su Departamento de Historia del Arte, la Fundación Torralba-Fortún y la inestimable colaboración de la Asociación Aragón-Japón, cuyas propuestas hemos acogido y difundido desde el Museo. En concreto, la primera semana de julio tuvo lugar una semana monográfica organizada en colaboración con la Asociación Aragón-Japón y dirigida a todos los públicos, con talleres de manga y mitología para niños, haiku o los ya consolidados talleres de pintura sumie que tan sabiamente imparte la artista Kumiko Fujimura
Otros beneficios de este Año Dual han revertido en un campo muy concreto, el de las lacas japonesas que son uno de los puntos destacados de las colecciones. Así, en septiembre de 2013, la restauradora del Museo de Zaragoza, Carmela Gallero, pudo participar en unas jornadas sobre conservación y restauración de laca japonesa en el Museo Nacional de Artes Decorativas, impartida por especialistas en la materia. Fruto de esas jornadas han sido las recientes visitas de investigadores japoneses para analizar, desde el punto de vista histórico-artístico y técnico, algunos de los más notables ejemplares de laca de nuestra colección y de las que hemos ido informando a nuestros seguidores.
Esta trayectoria de colaboración en torno al arte japonés es, sin duda, una de las líneas de trabajo en las que debemos perseverar en el futuro, convirtiendo al Museo de Zaragoza en una institución responsable de la tutela del patrimonio de los aragoneses, pero abierta también a una realidad cada más global del momento y en la que los museo se convierten en instrumentos de comunicación intercultural. Gracias desde aquí también a la Embajada de Japón en España por su atención con nosotros.
MdZ