El Museo de Zaragoza participa en la celebración del 8 de marzo con dos exposiciones protagonizadas por mujeres.
“Somos el sol. Mujeres artistas en las colecciones de Asia Oriental” tiene como punto de partida las palabras de la joven escritora y activista Hiratsuka Raichō en la revista Seitō, que nace en 1911 en Japón: “En el origen, la mujer realmente era el sol. Una persona auténtica. Ahora ella es la luna. Una pálida y enfermiza luna, dependiente de otro, reflejando el brillo de otro”. Esta reflexión es un llamamiento a despertar la conciencia de sus compatriotas. Su referencia al sol alude a la legendaria diosa solar del sintoísmo, Amaterasu, haciendo evidente la pérdida de derechos a la que habían sometido, con el paso de los siglos, a la mujer japonesa.
Muchas mujeres se sumaron a este despertar. En el ámbito artístico propició un definitivo impulso a su formación y dedicación profesionales, aumentando notablemente la nómina de artistas japonesas en el siglo XX. Algunas de ellas, junto con pioneras del siglo anterior, se presentan en esta muestra con intención de visibilizar sus nombres y sus obras; dar a conocer su existencia como paso previo a escribir una Historia del Arte completa, que incluya a las artistas en un único discurso junto a los artistas masculinos.
La selección de autoras es amplia en cronología, desde el siglo XIX al XXI. Un conjunto de grabadoras, pintoras, calígrafas y ceramistas, entre las que se incluyen también artistas occidentales formadas en Japón.
Los fondos de esta exposición provienen de importantes colecciones particulares que en los últimos años han hecho crecer al museo a través de préstamos, depósitos y donaciones: Colección Pasamar-Onila, Colección Miguel Ángel Gutiérrez y Colección Reijin-Sha Int.
“Mujeres santas en el Museo de Zaragoza” completa la exposición permanente de arte medieval. Esta muestra ha sido posible gracias a la restauración de cuatro tallas de madera que, desde hacía décadas, se encontraban en las áreas de reserva.
La exposición pone de manifiesto la iconografía de la mujer durante el medievo, que se restringía principalmente a la temática religiosa. Vírgenes y santas fueron en su mayor parte los modelos en los que se vieron reflejadas mujeres nobles y plebeyas, tal como se ve en esta selección que abarca desde el siglo XII hasta el XX.
Tres de ellas representan a la Virgen con el Niño, iconografía de tradición bizantina conocida como “vírgenes del trono” o “trono de la sabiduría”; la cuarta, mutilada, representa a santa Ana instruyendo a su hija María.
Este tipo de esculturas fueron realizadas por artistas locales para devoción popular y colocadas en lugares destacados de ermitas o iglesias.
El Museo de Zaragoza da la bienvenida a esta celebración con dos exposiciones muy diferentes que esperan atraer a público diverso para crear un espacio de diálogo y encuentro para toda la ciudadadanía.