Desde el despacho de conservación-restauración

Continúa una serie de entradas en nuestra página web tituladas “Desde el despacho”. En esta serie, nos hemos propuesto acercar la vida puertas adentro de nuestra institución a todos vosotros. A lo largo de varias semanas, daremos voz a nuestros despachos y será el personal del museo quien os cuente, de primera mano, su trabajo, ilusiones, algunas anécdotas y mucho más. Esperamos que os guste esta serie de novedades y descubra algunos aspectos de los museos que despierten vuestro interés.

Hoy charlamos con Nerea Diez de Pinos, conservadora-restauradora de documento gráfico del museo:

¿En qué consiste tu trabajo?

Mi labor se centra en la conservación y restauración de obra gráfica, pero es un trabajo multidisciplinar.

El primer paso es la conservación preventiva de los bienes culturales. Esta se centra en la actuación en factores externos a la propia obra de arte como condiciones ambientales, iluminación…etc. Uno de los aspectos que cuido con detalle es la conservación de los objetos en las áreas de reserva. No se guarda todo igual. No es lo mismo manipular un dibujo a carboncillo o un gouache, una fotografía o un pergamino, aunque todos ellos sean obra gráfica. Para los profesionales de la conservación-restauración, la materia es fundamental y su conocimiento es básico en nuestro trabajo. Todo ello determina las condiciones y características de almacenamiento, así como los materiales que entran en contacto con la obra de arte (carpetas, papel…). Si este paso se realiza de forma adecuada, puede evitar futuras intervenciones sobre la obra de arte.

En cuanto a la restauración, impera la ley de la mínima intervención y el respeto por el original. Hay que ralentizar las degradaciones que ponen en peligro la integridad del objeto, pero siendo respetuosos con la obra y su historia. Esto también forma parte de mi trabajo diario.

Nerea en el taller de restauración. Foto: José Garrido. Museo de Zaragoza.

¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

Me gusta incidir en la importancia de seguir formándonos, tendiendo hacia la especialización para llegar al mejor conocimiento de nuestro trabajo, y disfruto haciéndolo. También tengo mucha curiosidad por todo lo que desconozco y esto me lleva a investigar. Somos herederos del conocimiento y los procedimientos anteriores, pero hay que estar actualizados y conocer las nuevas técnicas, los avances de la ciencia (biotecnología, nanotecnología…) que, aplicados a la conservación de bienes culturales, son muy interesantes y nos ayudan mucho más de lo que puede parecer.

Además, me siento una privilegiada al poder hilar pasado, presente y futuro en mi día a día. Cuando trabajo con determinados objetos, me siento conectada con personas y culturas que ya no están y siento que formo parte de un engranaje en el que, de alguna manera, contribuyo para el futuro.

¿Tienes algún mensaje para nuestros visitantes y seguidores en redes? ¿Te gustaría hacer alguna recomendación?

Hay que conocerse, hay que saber lo que hay y lo que hubo. Lo que encontramos en el museo es cultura. El objeto o la obra de arte que admiramos es la parte matérica o histórica que queda de etapas anteriores o de otras culturas. Creo que es algo importante en los tiempos que corren; tener amplitud de miras, saber, ser responsables de lo que tenemos y, por supuesto, fomentar la creación artística que es lo que quedará, de nuestra época, en el futuro.

Nerea Diez de Pinos, conservadora-restauradora del museo. Foto: Eduardo González. Museo de Zaragoza.

Nerea es una mujer inquieta y curiosa, que se enfrenta a las obras del Museo de Zaragoza con pasión. Las características de nuestras colecciones, amplias y variadas, con fondos muy singulares, la han llevado a formarse para conocer con detalle objetos muy dispares: dibujos, pergaminos, fotografías y estampas, pero también obra oriental como ukiyo-e, libros o manuscritos. La conservación-restauración de documento gráfico en el museo es un reto y nos alegra que esté en manos de una profesional tan entusiasta y multidisciplinar como ella. Al fin y al cabo, el patrimonio es nuestro trabajo y la manera de encarar la profesión determina no solo el día a día, sino también el resultado.

MdZ

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