Las obras del museo han llegado a su fin y estos días se ha completado la renovación del patio, que ha puesto su broche final con la vuelta de don Francisco al espacio que ha presidido durante 60 años.
Hablamos de la escultura en bronce realizada por el zaragozano Félix Burriel en 1927 y que se encuentra en el patio del museo desde 1960. Allí domina el espacio desde el centro de la columnata.
La historia de este busto comienza con un modelo definitivo realizado en yeso, durante la estancia del escultor en París, que sería entregado a la Diputación Provincial de Zaragoza. De este modelo en yeso saldrían dos ejemplares en bronce, uno destinado al Rincón de Goya, en el parque José Antonio Labordeta, y otro, el que descansa en el museo, que permanecería en dependencias de la Diputación hasta ser entregado a nuestra institución.
La obra es un retrato de aspecto severo. Está realizado en bronce con pátina verde oscura y tamaño doble mayor que el natural (58 x 37 x 29). Se halla colocado sobre un prisma de piedra arenisca abujardada, donde se lee en letras mayúsculas de bronce y en relieve: A Goya, la provincia y la ciudad de Zaragoza. El conjunto forma parte de la imagen del patio del museo que permanece en la memoria de todos los que lo hemos visitado, ya que es parte inseparable del mismo.
Podéis ampliar la información sobre este busto en la novedad que publicamos en la web sobre el mismo. Allí se profundiza en detalle sobre esta obra emblemática de nuestra institución.
Ahora sí, por fin, nuestro patio está listo para ser visto y disfrutado.
Mdz