Nuestras obras viajeras vuelven a casa

Esta semana han vuelto al museo dos retratos de personajes ilustres. Por un lado, el lienzo de Ramón y Cajal firmado por Joaquín Sorolla, en préstamo para la exposición “Santiago Ramón y Cajal. 150 años en la Universidad de Zaragoza» del Paraninfo; por otro, el retrato de Pascual Gayangos y Arce de Valentín Carderera, que se ha expuesto en la muestra de la Biblioteca Nacional en Madrid “Valentín Carderera (1796-1880). Dibujante, coleccionista y viajero romántico”.

Los dos lienzos han permanecido alrededor de tres meses fuera de nuestras salas y han vuelto en perfecto estado. En esta ocasión, hemos querido aprovechar la llegada de las obras para mostrar el desembalaje de una de ellas. Como veis, cada cuadro se transporta en una caja individual fabricada para la ocasión. Se trata de una caja de madera, con aislante térmico, que protege frente a las variaciones de temperatura y humedad, y amortiguación de golpes y vibraciones. La obra de arte, en este caso los cuadros, se envuelve en tissue y se introduce en su caja en la que encaja a la perfección.

Apertura de caja y desembalaje de obra. Foto: José Garrido. Museo de Zaragoza.

El movimiento y transporte de obra siempre se realiza por una empresa especializada en obras de arte, por lo que todo lo que afecta a su manipulación está en manos de profesionales. Por último, cada vez que se abre o cierra un embalaje y se manipula la pieza, hay un conservador-restaurador del museo supervisando y comprobando que todo se realiza según lo establecido en nuestras condiciones de préstamo, para garantizar la conservación de la pieza.

Colgado de obra. Foto: José Garrido. Museo de Zaragoza.

El préstamo para exposiciones temporales conlleva un estudio para valorar el interés de cara a la institución, al visitante y la conservación y seguridad de la obra de arte. Una vez declarada su idoneidad, se convierte en una de las mejores maneras de dar a conocer nuestras colecciones fuera de nuestra sede y difundir las obras entre el gran público.

Desde hace unos días, don Santiago y don Pascual han vuelto al museo y ya están en peines a la espera de nuevas aventuras.

MdZ

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